Hace ya una buena cantidad de años que se echó el primer alquitrán de la llamada "Autopista del Atlántico" (A-9) en mi bonita y verde tierra gallega. Antes de que se empezasen los trabajos, furibundas voces salidas de la caverna del hipernacionalismo recalcitrante coreaban la siguiente frase: "¡corredoiras sí, autopista no!".
(Conviene explicar que corredoira es el nombre que reciben en gallego los caminos de carros, en especial, aquellos que est√°n en muy malas condiciones y son estrechos).
Bien. Supongamos que el medio físico sobre el que existen estos servicios funciona perfectamente, es decir, que los datos, archivos, mensajes, páginas, etc., viajan fluídamente. Esto es falso y tened en cuenta que ya hay voces que avisan de que la cosa se puede sobrecargar y que habría que ir tomando medidas. Pero bueno, supongamos que funciona bien.